Durante años, Greg Harvey, un productor de harina que opera desde Singapur, alimentó con trigo australiano los molinos que gestiona en el sudeste asiático. En diciembre, cambió a un nuevo proveedor: Argentina. El cambio se produjo a la par que las cosechas récord, un dólar fuerte y el petróleo barato se combinaron para sacudir un mercado de miles de millones de dólares. Los abultados silos están llevando a los productores a buscar nuevos mercados, mientras que el bajo precio del petróleo está derrumbando los costes de transporte marítimo.
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«Argentina deja de exportar trigo para que no suba el pan» (15/07/2013)
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En el país que fue llamado granero del mundo a principios del siglo XX, el mismo que bajo el Gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1954) envió trigo a España para calmar el hambre de la posguerra, ahora se enfrenta una escasez del principal cereal. Argentina, donde la pasta, la pizza, las facturas (bollos) y el pan blanco son parte de la dieta habitual, ha visto cómo este último producto se encareció un 50% en la primera mitad de 2013, a un ritmo que más que duplica la inflación anual, y por eso el Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner ha optado por cerrar la exportación de trigo y aplicar la ley de abastecimiento, que obliga a agricultores y operadoras de exportación a vender en el mercado interno lo que tengan almacenado.
«La inflación no da tregua al Gobierno argentino»
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