En cuestiones de espionaje electrónico, el que no corre, vuela. Francia, que hace solo unos días protestó de forma oficial –si bien lo hizo débilmente- por el férreo control estadounidense de las comunicaciones de sus presuntos aliados europeos, tiene su propio Big Brother, una especie de hermano pequeño de Prisma, en pleno funcionamiento desde hace años.
Fuente: El País. Leer noticia aquí
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